El bosque se duerme y sueña.
El río no duerme, canta.
Por entre las sombras el agua sonora pasa,
dejando en la orilla oscura manojos de espuma blanca.

Llenos los ojos de estrellas, en el fondo de la barca,
yo voy como una emoción por la música del agua.
Y llevo el río en los labios, y llevo el bosque en el alma.
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